Filosofía, Recursos Humanos y otras «Marías»

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Teatro Romano de Mérida (Flikr personal)

De unos años para acá ha surgido el debate sobre la importancia de las Humanidades en la Educación y, más recientemente, la relevancia de las mismas en el empleo del futuro, como ya apuntan expertos analistas, organismos internacionales y empresas multinacionales, pues su estudio desarrolla determinadas habilidades y enfoques frente a diferentes situaciones, y que serán muy apreciadas en el Mercado Laboral venidero.

En mi opinión, como estudiante de «Letras Puras» que fui, no tengo dudas al respecto, es algo básico y, en mi caso, ha cimentado mi personalidad. De hecho, considero mi profesión, la de Recursos Humanos, como el lado «Humanista» de las empresas. Esta circunstancia me ha hecho observar con bastante tristeza y resignación el descrédito y discriminación que las asignaturas «Humanistas» han ido sufriendo sucesivamente a los largo de los cambios legislativos, y que ha llegado a las Universidades, con el cierre de facultades relacionadas con estas ramas, tanto a nivel nacional como internacional. Por eso me alegro de que en estos momentos denote una nueva puesta en valor de esta rama, como entiendo no podría ser de otra manera.

Alguien dijo que: «El pueblo que no conoce su Historia está condenado a repetirla». Esta frase, sin autoría definida, aunque usada por muchos ilustres personajes, es totalmente aplicable al individuo e igualmente a las empresas. Es más, yo añadiría a la misma que «…y nunca podrá evolucionar».

Casualmente o, quizás, premeditadamente, la mayor parte de las asignaturas consideradas «Marías», es decir, las que se aprueban sin esfuerzo, pertenecen al ramo de Humanidades: Religión o Ética, Filosofía, Educación Física, Música, Dibujo, Arte, Latín, Griego…. Salvándose de la quema, generalmente, Ciencias Sociales, Historia, Lengua y Literatura. Esta clasificación variaba en función del Colegio o Instituto, y del profesor que la impartía. En mi caso, por ejemplo, donde estudié, la Educación Física era poco menos que la preparación para los Juegos Olímpicos, muy orientada al esfuerzo, mejora continua y equilibrio entre cuerpo y mente, disciplina y trabajo en equipo, cosa que aún sigo agradeciendo al, en su día, «odiado» Profesor Ignacio, dada su alta exigencia. De hecho, hubo gente que repitió curso con esa asignatura en la «mochila», entre otras.

Cuántas veces me habrán preguntado: ¿para qué sirve estudiar Latín?, no digamos Griego, o Filosofía. Yo siempre daba la misma respuesta: «para lo mismo que sirve estudiar las raíces cuadradas, o los logaritmos neperianos, o los protozoos, o los ácidos alcalinos, para nada….. para todo….. PARA LO QUE QUIERAS».

Creo que esta es la clave, «para lo que quieras». Estas asignaturas, en complemento con aquellas basadas en lo empírico, en lo demostrado por la práctica, tales como Ciencias Naturales, Física, Química, Matemáticas, Lengua… son las que aportan sentido crítico, son las que ayudan a ampliar enfoques, aportar alternativas de solución, aportar nuevos caminos, y ayudan al individuo, a decidir, con criterio, en todos los campos de la vida.

Estas asignaturas, como todas las demás, son las que conforman nuestra personalidad, nuestra forma de actuar y ver las cosas que suceden en nuestro entorno cercano y en nuestro entorno global. No hay constancia de científicos ilustres y reconocidos mundialmente que no hayan cultivado la Razón, como no hay constancia de filósofos históricos y que han iluminado a la Humanidad que no hayan tenido inquietudes y conocimientos científicos, poniéndolas en práctica muchos de ellos.

El adecuado equilibrio de ambas caras de la misma moneda son los cimientos de la Evolución y de la Innovación, en el Pensamiento y en la Ciencia y, por ende, en una Sociedad.

Por analogía, y llevado al mundo de la empresa, nos encontramos también con departamentos «Marías», entre los cuáles incluyo, mal que me pese, el de Recursos Humanos, aunque parece que esta percepción está cambiando en los último años, y que así siga.

Estamos pasando de la mera gestión laboral a ser el garante de la «Cultura de Empresa», que se dice muy pronto, pero para llegar de un punto a otro se ha tenido que trabajar mucho, y durante muchos años. Y es que es este departamento el que debe liderar y/o acompañar en la implantación de procesos que propicien el caldo de cultivo adecuado para la innovación y evolución en, y de las empresas y, lo que es lo mejor de todo, debe procurar que todos los empleados, en especial los que tengan posiciones con responsabilidad en equipos de trabajo, sean también Recursos Humanos.

Dicho de otro modo, no seamos un departamento, seamos una Cultura de Empresa. Me preguntan muchas veces, y lo seguirán haciendo: ¿para qué sirve Recursos Humanos?, yo respondo lo mismo que para las asignaturas «María»: para nada….. para todo ….. PARA LO QUE LA EMPRESA QUIERA».

Sigamos avanzando.

 

 

Autor: Antonio Guerra

Consultor de #RRHH y Empresas en @talento_local, Conocimiento, Desarrollo, PERSONAS

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