Adaptarte para dar sentido…


IMG_20140223_182739
«Dar sentido», imagen de mi cuenta de Instagram

Cuando miras atrás y ves que has crecido y evolucionado, entonces es que te has ido adaptando. Para mí la adaptación es la clave del aprendizaje y del desarrollo personal y profesional. Aún sin voluntad de aprender, aprendes cada vez que te adaptas a nuevas circunstancias, tanto intrínsecas como extrínsecas.

Estamos en tiempos en los que se aprecia como debilidad el poder cambiar de opinión, el reconocer que la otra parte tiene razón, cuando curiosamente uno de los pilares de la integridad personal es la de rectificar, es la de comprender que estabas equivocado y no tienes ningún problema, ni complejo, en aceptarlo, y por tanto, admitirlo, para empezar a trabajar en ese nuevo camino. Así es como se gana uno el respeto, sin ninguna duda, al menos con uno mismo, pues el respeto hacia uno mismo es lo más importante. Partiendo de ahí, el de los demás viene sólo. Eso es integridad.

Cuando empecé este blog, hace más de 5 años, estaba en una situación vital totalmente diferente a la actual. Releyendo mis artículos, me he encontrado con elementos en los que sigo estando de acuerdo, pero otros en los que mi visión ha cambiado, ya sea poco, o de modo sustancial.

Llevo bastante tiempo sin escribir en este espacio. Podría poner bastantes excusas, pero no dejarían de ser eso, excusas, aunque estén bien justificadas. ¡Afortunadamente tengo muchos proyectos profesionales y una vida familiar intensa!. Sin embargo, tras el paso de los meses, he comprendido que escribir en este blog en aquella época supuso para mí una vuelta a encontrar el sentido de mi vida profesional. Cumplió, en esos años, un papel fundamental en mi vida, convirtiéndose en el cimiento sobre el que he venido construyendo (de manera voluntaria pero inconsciente, si es posible semejante paradoja) mi situación profesional actual.

Es posible, por tanto, que cuando llegué a esta «situación profesional actual», dejé de sentir la necesidad de escribir aquí o, mejor dicho, perdí el sentido de escribir aquí, pues el que tenía ya se había consumado.

Esto, que he comprendido recientemente, es lo que me ha impulsado a escribir de nuevo en mi espacio digital. Al final de todo, se trata de dar sentido a las cosas que hagas, no tanto lo que hagas. Lo que hagas, hazlo con sentido, en resumen. Las cosas por sí no tienen sentido, el sentido se lo das tú, y es importante conocer en todo momento para qué haces lo que haces, pues la respuesta a tal pregunta es la que le da sentido a eso que haces y, si no le encuentras el sentido, ¡para qué sigues haciéndolo!

Llevándolo al plano profesional, uno de los mayores aprendizajes que he tenido desde que inicié mi andadura como autónomo ha sido precisamente este, el que he sido capaz de dar sentido al trabajo que hago, de tal modo que los clientes lo han notado, pues han visto en mi un facilitador para su desarrollo y crecimiento en políticas de gestión de personas. Es algo intangible, como un proceso natural, en el que se desarrolla un vínculo con los clientes basado en la confianza y en un sentido a lo que se implante y cómo se implante.

Trabajar por tu cuenta te permite esto, transmitir a los clientes cómo entiendes tú tu trabajo, desde la honestidad, desde la flexibilidad, desde la total empatía, desde la Escucha, para que él mismo canalice ese «para qué» a través de su propio filtro, y le encuentre sentido a la función de Recursos Humanos en su empresa. Es entonces cuando esta función empieza a crecer en la misma, y es entonces cuando empieza la «Magia». Antes que crear un departamento de Recursos Humanos, es vital conocer el sentido de para qué la función de Recursos Humanos en la empresa, así de simple; ahí es donde trabajo, en ese terreno me muevo.

Quizás es esto lo que se ha estado fraguando en mi durante todo este tiempo, quizás no es que no tenía ganas de escribir, o no tenía tiempo, es simplemente que estaba consolidando interiormente un nuevo sentido a mi profesión, y necesitaba poner foco en este proceso, sin distracciones, pues algo dentro de mi me decía que era lo que debía hacer, y punto. No me preocupaba no escribir, pues tenía claro que no tenía sentido hacerlo si no veía para qué. sabía que tenía que esperar, muchas veces, el tiempo es tu aliado.

En definitiva, adaptarte para encontrar sentido en todo lo que hagas es, sin duda, una Competencia Profesional. Adaptarte, contrariamente a lo que pueda parecer, no es ser capaz de hacer cosas diferentes, en varias situaciones, en escenarios diferentes y con varias personas heterogéneas. Adaptarte es el proceso de encontrar el sentido a lo que haces, teniendo en cuenta factores intrínsecos y extrínsecos en cada momento vital. Un proceso, además, continuo. De hecho, seguramente me encuentre ya inmerso en otro, de forma inconsciente, pero voluntaria. El Ciclo de la Vida.

Autenticidad

IMG_20170529_123222_794
Sé auténtico

 

En todas mis charlas (prefiero llamarlas conversaciones, pues hago uso del debate como única herramienta) dedicadas a la búsqueda de empleo, parto siempre de una premisa muy importante a la hora de afrontarla, y es que en materia de Selección de Personal, dos más dos raramente va a resultar cuatro. Me explico.

En un proceso de selección de personal, como en cualquier proceso en el que haya personas involucradas, hay una serie de variables que son muy difíciles de controlar, no sólo para los candidatos, si no también, incluso, para los propios reclutadores. Estas variables están siempre en mayor o menor medida relacionadas con las emociones, las sensaciones, las percepciones, los estados emocionales, los valores, etc… En definitiva, variables que forman parte de las personas y que en su conjunto, conforman nuestra forma de ser, habiendo por tanto, tantas formas de ser como personas hay en el Mundo.

Lo expuesto anteriormente significa que, por mucho CV que envíes, por muchas entrevistas que hagas, por muchos contactos que consigas, si a la hora de la verdad, en una entrevista (algo difícil de conseguir), tienes un mal día, por el motivo que sea, un reclutador no “te va a ver”, y por tanto no te seleccionará aunque seas el candidato perfecto. Por el contrario, puede pasar que, por muchas entrevistas que hagas, por muchos contactos que consigas, si a la hora de la verdad, en la entrevista, el reclutador tiene un mal día, al igual que en el caso anterior, no “te va a ver”, aunque seas, igualmente, el candidato perfecto. Esto pasa.

Hay que tener en cuenta que, cuando se está en plena búsqueda de empleo, se dan determinadas situaciones en la que los nervios nos pueden traicionar, cuando nos llaman, cuando nos entrevistan, cuando realizamos determinadas pruebas, etc… Los reclutadores sabemos perfectamente, porque también hemos estado en “el otro lado”, que es normal estar nervioso, pues se trata de una situación muy importante, como es obvio, la de tener la posibilidad de acceder a un trabajo.

Teniendo en cuenta esta situación de nervios y de cierta tensión que nos generan los procesos de selección, sobre todo cuando nos interesa mucho el puesto o, cuando necesitamos el trabajo de manera urgente, se trata de saber gestionar ese estado de presión.

No voy a explicar  en este artículo las técnicas habidas y por haber para gestionar este tipo de situaciones, primero porque no a todos nos sirve lo mismo y segundo porque no creo en muchas de ellas. Sí quiero poner el foco en el aspecto que, en mi caso, más valoro en un candidato, y es la autenticidad, la naturalidad. Leemos y escuchamos por distintos medios los típicos consejos de cómo responder a determinadas preguntas, cómo debe ser tu gesto durante la entrevista, cómo debes sentarte, etc… Sí, es importante tenerlo en cuenta, pero no debemos hacer caso a aquello que nos haga actuar de manera forzada, aquello que nos obligue a aprender un “guión” y soltarlo como un loro en la entrevista, aquello que nos haga quedarnos en blanco o en fuera de juego, cuando la entrevista no va por los derroteros que habíamos previsto. No se trata de decir o hacer lo que el reclutador quiere oír o ver, se trata de ser como tú eres, se trata de sentirte cómodo contigo mismo. Donde hay que poner el foco es en actuar como eres y en hablar como normalmente hablas, dentro de unos parámetros de seriedad y conducta que toda entrevista de trabajo requiere, pero sin resultar forzado. Cuando una persona actúa como es, la información que reciba el reclutador será más veraz y más completa y,  en definitiva, más auténtica.

No obstante, una vez salvada esta circunstancia, aún así puede que no seas el candidato adecuado (recuerda, en estos temas, dos y dos no siempre dan cuatro), pero al menos has sido tú, has puesto todo lo que dependía de ti, en el asador.

Impulso

img_20160929_104529
Baila, anda, juega

No queda otra que bailar la danza que nos toca, pero tú puedes marcar el ritmo.

No queda otra que andar el camino, pero tú puedes marcar la ruta.

No queda otra que jugar el partido, pero tú puedes marcar la estrategia.

No queda otra…

Esperar, condicionar, excusar, no es más que perder tiempo.

Equivocarte es más fácil que acertar, no te quepa duda, nos pasa a todos.

Intentarlo es el principio, pero también puede ser el final, ¿qué más da?, siempre hay alternativas, siempre hay otras danzas, otros caminos, otro partidos. Después de bailar mal, tienes dos opciones, hacerlo peor o hacerlo mejor. Después de andar por un camino equivocado, quedan dos opciones, o perderte más o reconducirte. Después de perder un partido, te quedan dos opciones, no jugar más o jugar otro, que quizás ganes.

Se trata de bailar, se trata de caminar, se trata de jugar partidos.

No queda otra que seguir, no queda otra que avanzar, porque perder y equivocarte también es avanzar, entra dentro del guión.

Coger impulso, provocar movimiento, tener la voluntad de hacer cosas, no lo marca las empresas, ni la Sociedad, ni los políticos, ni siquiera la Naturaleza, lo marcas tú. Siempre tienes opciones, puedes elegir. Es el Libre Albedrío.

Ahí está la clave, ahí reside el misterio, ahí está el nudo, de ahí nacen los miedos. Elegir e impulsarte.

Elige el ritmo que quieras.

Elige el camino que quieras.

Elige la estrategia que quieras.

Pero baila, anda, juega.

Elige, e impúlsate. Adelante.

Eres lo que aficionas

Aficiones
Aficiones

En muchos de los CV que veo a lo largo del día aparecen, en su parte final, las aficiones del candidato. Salvo algún caso excepcional, siempre aparecen enumeradas, sin profundizar y detallar, y que no van más allá de la lectura, ir al cine, correr o senderismo, entre otras.

Otros candidatos, no obstante, optan por no reflejar absolutamente nada relacionado con las aficiones, dejando a la interpretación del reclutador si ciertamente es que no las tienen o, si las tienen no las incluyen por considerarlas una información inútil o bien por timidez, que también ocurre.

La verdad es que la información relativa a las aficiones no va a inclinar la balanza por una candidatura frente a las otras, pero sí que aportan una información muy valiosa sobre la personalidad de los candidatos, sobre sus inquietudes y gustos, sobre su estilo de vida, sobre su interacción en su entorno, sobre sus aspiraciones, sobre sus relaciones sociales, etc…y que son muy tenidas en cuenta por los reclutadores y cada vez más por las empresas, que se interesan por el estilo de vida de los empleados.

En definitiva, las aficiones pueden aportar más información de la personalidad que hay detrás de ese CV que las titulaciones y experiencias obtenidas a lo largo de su trayectoria profesional. Además, pueden ser contrastadas por la información que compartan en sus redes sociales.

Hay que tener en cuenta que un CV hay que leerlo “entre líneas”. Los reclutadores analizamos entre la información meramente técnica determinados signos que nos puedan indicar el tipo de personalidad del candidato, como la forma de comunicar, la ortografía, el orden, la claridad de la información reflejada, la coherencia, etc.… Cada vez más los candidatos reflejan las competencias que se tienen y los logros conseguidos y que lógicamente hay que contrastar en entrevista y en referencias, pero también buscamos y contrastamos si la personalidad que nos ha transmitido el CV se corresponde con la que muestra el candidato en la entrevista, conversación telefónica o videoconferencia y, cómo no, en el 2.0. No olvidemos que la personalidad es clave para evaluar la adaptación de un candidato a un equipo de trabajo, cuestión clave para una incorporación exitosa, tanto como su cualificación técnica y experiencia.

Es por ello que no sólo incluir, si no desarrollar un apartado de aficiones facilita el trabajo a los reclutadores, pero es que además aporta personalidad al CV, lo humaniza. Lógicamente este aspecto también se debe proyectar en la Marca Personal, que, como su nombre indica, proyecta tu personalidad, tu huella como persona, tanto en la vida offline como en la online.

¿Cómo reflejar las aficiones?

Habría que ver primero cuáles son los elementos que hacen que una afición sea realmente eso, una afición:

1- Ha de ser una afición de verdad, constante en el tiempo. Ha de formar parte de tu vida y conformar tu estilo de vida, es decir, tiene que estar tan interiorizado en tu agenda que no eres tú si no puedes dedicarle tiempo.

2- Te tiene que aportar. Es lógico como consecuencia de lo anterior, hacer algo por hacerlo no tiene sentido, si lo haces es porque te aporta, ya sean habilidades intelectuales, físicas o ambas, e incluso emociones. En definitiva debe aportar aprendizaje… La clave aquí es ser consciente de lo que te aporta practicar esa afición.

3- Capitalizar lo aprendido practicando esa afición en tu vida privada y en la profesional, y explicarlo.

Por otro lado, no sólo se trata de reflejar las aficiones que practicas actualmente, yo también incluiría las que practicabas en el pasado pero que por diversos motivos ya no haces. La vida se escribe por etapas y lo que somos no es más que la suma de esas etapas y cómo las vamos afrontando.

Pongamos un ejemplo, si durante 6 años de tu vida has hecho danza, piensa qué es lo que te ha aportado: coordinación cuerpo-mente, disciplina, trabajo en equipo, concentración, autoconocimiento, constancia, capacidad de mejora, vencer la timidez…. Apostaría lo que fuera a que estas habilidades adquiridas con esa afición son válidas en cualquier entorno laboral. Aparte denota por parte del candidato sensibilidad y humanismo entre otras. La clave es destacar esas competencias y sensibilidades adquiridas con la práctica de esa afición y que estén relacionadas con las que pueden ser válidas al puesto al que se opta, si lo piensas bien, siempre encontrarás la relación.

Se podría decir que un perfil profesional no sólo se adquiere con la titulación y con la experiencia en empresa, también en tu tiempo, en la práctica de tus actividades favoritas, puedes adquirir las competencias necesarias para el mundo laboral. Estas actividades pueden ser físicas o intelectuales o mixtas, pero son igualmente válidas si sabes reflejar cómo capitalizas lo aprendido con ellas, da igual que sean deportes, voluntariados, manualidades, actividades culturales, en Naturaleza, bien en equipo o bien en solitario.

Por lo tanto, no incluyas aficiones por incluir algo, sin un sentido claro. Desarróllalas y arguméntalas, dale valor añadido a tu CV y en las entrevistas reflejando y argumentando lo que te han aportado en tu vida y que aplicas en diferentes entornos y que, por lo tanto, te complementan como persona. Eso sí, no incluyas las aficiones comenzadas y no terminadas o consolidadas (como los clásicos propósitos de año nuevo o de vuelta del verano). Cuidado, pueden denotar que eres una persona que se rinde fácilmente, que te falta constancia o que careces de capacidad de planificación, de todas formas, no han llegado a ser una afición, si no un intento.

«Este artículo fue publicado en la revista La Publi el pasado 20 de septiembre»

El autoaprendizaje, un valor añadido

IMG_20150903_180145
Comportamiento autodidacta

Estamos sin duda ante uno de los comportamientos que más valor está adquiriendo en hoy en día, y de los que más en cuenta se está teniendo en la búsqueda de profesionales. Aprendemos desde el mismo momento en que nacemos, a través de la escucha, del tacto, de la lectura, de probar, de investigar, de la experiencia… Es algo innato en nosotros. Podríamos decir que somos autodidactas desde el primer minuto de nuestra existencia. Y en base a nuestros gustos e inquietudes vamos curioseando, seleccionando y profundizando en aquello que más nos interesa, gusta y realiza como personas.

Hemos llegado a un momento en el que para acceder a la gran mayoría de las profesiones es necesario certificarse o titularse para poder incorporarnos en el Mercado Laboral. Hoy en día la gente gasta mucho dinero en los miles de cursos que el Mercado ofrece y que, si bien permiten adquirir unos conocimientos específicos de un área en cuestión, ese título o certificado obtenido no garantiza el acceso al Mercado Laboral, aunque se estaría «burocráticamente» capacitado para ello.

Sin embargo esto ya no es suficiente, el hecho en sí de obtener un título prácticamente lo puede hacer cualquiera, lo diferenciador, lo realmente importante, es adoptar una actitud de aprendizaje continuo que no necesariamente ha de estar ligado a la obtención de un título que te capacite. Un título no es más que eso, un papel que certifica que has estudiado «equis» horas una determinada materia, pero no demuestra realmente que seas apto hasta que no se te vea poniendo el conocimento adquirido en práctica.

Desde que entramos en el «círculo educativo», nos enseñan a aprender un número determinado de materias al año, independientemente de que fueran de tu interés o no. Había que aprobar sí o sí para pasar al siguiente curso. Con el paso de los años vas seleccionando ramas más acordes con tus inquietudes pero todas dentro de un cajón estanco del que no te podías salir. Esta «imposición» ha provocado que muchas personas hayan abandonado la actitud de autoaprendizaje (por no mencionar su formación en general) ciñéndose a lo estrictamente académico, a conseguir una nota en definitiva, y bien por falta de tiempo, de interés o por puro agotamiento nos dejamos llevar y dejamos de lado el aprender por amor al aprender, como un acto responsable de tu formación y desarrollo como persona.

Hemos olvidado que el aprendizaje no está sólo en las escuelas, institutos, universidades o centros de formación. El aprendizaje nos rodea y acompaña allá donde nos movamos, y ese aprendizaje «fuera de catálogo» puede ser tan o más importante que el meramente académico, entre otras cosas porque tú decides qué, cómo, dónde y cuándo aprender, en base a tus inquietudes personales y/o profesionales. Es lo que llamamos autoaprendizaje.

Una de las mayores críticas al autoaprendizaje es que la persona al ejercer control total sobre su desarrollo formativo, se alimente de fuentes no autorizadas o no debidamente contrastadas, cayendo en el error de adquirir conocimientos incompletos o equivocados, fuera aparte que al no acabar con la obtención de un título oficial, no obtendrá por tanto reconocimiento en el Mercado de Trabajo.

Sin embargo, los reclutadores no nos debemos fijar ya tanto en una titulación oficial (aparte de en esas profesiones en las que es una exigencia para ejercerlas, como Medicina o Abogacía por poner un par de ejemplos). Nos debemos fijar más allá de ese reconocimiento oficial a lo aprendido mediante el autoaprendizaje, a ese intangible que es la actitud de aprender con visión a largo plazo, con el objetivo de enriquecerte como persona, lo que en consecuencia tendrá su impacto en el entorno laboral, aportando valor añadido y transversal a todas las competencias que se deben poner en juego en el desempeño profesional y, por supuesto, y las personas que te rodean.

En cuanto a las ventajas de un comportamiento autodidacta, destaco aquí 10 de ellas:

1- Hacerte responsable de tu formación y de la forma en la que adquieres ese conocimiento.

2– En consecuencia, analizas el Mercado de tal modo que te permita saber qué conocimientos son necesarios en la profesión que quieres ejercer o ya estás ejerciendo, cuáles son las nuevas tendencias, qué piden las empresas, en qué especializarte, en donde puedes empoderar tus habilidades.

3- Por lo mismo, se hace necesario, tras adquirir esa visión global que te proporciona la ventaja anterior, el marcar una estrategia de aprendizaje acorde con los objetivos y con el tiempo con el que dispongas para dedicarle.

2- Comparar fuentes y verificar la validez, vigencia y aceptación de los contenidos.

3- Obtener sentido crítico y opinión y no dejarte llevar por lo que te digan.

4- Obtener visión global y a largo plazo, compartiendo y contrastando tus conocimientos en un blog, en una charla, en conversaciones cotidianas, en las redes. De nada vale lo que aprendes si no lo compartes, si no lo expones a los demás, que puedan rectificar, complementar o ampliar lo aprendido por ti.

4- Aplicar conocimientos y habilidades intangibles de otros campos al tuyo, por analogía.

5- Volver a dejarte sorprender por el Conocimiento Humano, cuya evolución va en paralelo al Pensamiento de cada época en que vivimos, de manera ineludible. Te hace estar al día en tu época y entorno.

6- Descubrir más inquietudes de las que crees que tienes, dar luz a tu rutina y salir de la comodidad y del que «me las den aquí todas».

7- Adquieres seguridad, integridad, sensatez, riqueza en la conversación y perspectiva, generando debate. Eres capaz de hacer que visualicen tu perfil profesional y personal en un contexto laboral o personal determinado.

8- Cambias tu concepción de la Educación, la que te ha sido «impuesta» por lo componentes sociales, económicos, laborales del entorno en donde has vivido, para darte cuenta de que hay una «nueva» forma de aprender, la natural, en realidad la que has tenido siempre desde que naciste, aunque la olvidaste.

9- Darte cuenta de que equivocarte es uno de los mejores sistemas para aprender, y, de paso, te quitas el miedo a equivocarte, uno de los que más paraliza.

10- Por último, hoy en día, con el 2.0 y todas las herramientas de las que se dispone, ese autoaprendizaje puede salirte gratis (TED, MOOC , Blogs, publicaciones,….). Estamos en una era en la que las Nuevas Tecnologías están cambiando el entorno educativo y las maneras de aprender y obtener conocimiento. Ese entorno educativo, poco a poco, tendrá que adaptarse a ellas, y de hecho ya lo está haciendo.

En definitiva, el aprendizaje autodirigido o la conducta autodidacta te permite generar valor añadido en ti, en tu entorno y por supuesto, en un contexto laboral, y eso se reconoce. En un CV y en tu Marca Personal no cuentes sólo lo que has hecho, también cómo lo has hecho y por supuesto, qué has aprendido de ello y qué puedes aplicar en ese trabajo, ya sea de un contexto laboral y personal, y por supuesto de cualquier afición o inquietud que realmente forme o haya formado parte de tu crecimiento como Persona.

Otra cuestión es que las empresas creen el caldo de cultivo adecuado para que los profesionales puedan realizar autoaprendizaje en ellas y sean apoyados y reconocidos en esa actitud, pero esta es otra guerra que sin duda ya se está llevando a cabo, aún de manera paulatina, pero ineludible a medida que se vaya consolidando el relevo generacional.